UNA VISITA DE NOVELA

El televisor marcaba -3ºC, llovía, hacia frió y estaba cansado, pero Ignacio tenia planificada la visita al barrio de Saint-Germain-des-Prés para sumergirse en los escenarios de la novela de Dan Brown, El Código Da Vinci.
Tomó el subterráneo en la estación Porte de Montreuil de la línea 9, su destino final seria estación Mabillon del metro.
Solo algunos metros lo distanciaban del mercado de Saint-Germain. Nacho se detiene sobre un disco incrustado en el suelo, el cual tiene grabadas las letras N y S, sonríe, y se dispone a vivir una un paseo de novela.
Estaba sobre el “Antiguo camino sagrado” que históricamente señalaba el meridiano de París establecido, según cuenta la historia, en 1665 por los cartógrafos de Luis XIV como punto de referencia para que los viajeros del mundo pudieran calcular su posición en el planeta. Desde allí solo 10 o 15 metros lo distanciaban del Saint-Sulpice.
La catedral es muy elegante y de enormes dimensiones. Antes de ingresar Ignacio alquila un traductor electrónico, ya que ese es el único guía permitido para recorrer la catedral. Nacho escucha por su dispositivo que le hablaba en castellano: “Jean-Jacques Olier, el párroco que comenzó la construcción de la catedral en el siglo XVII, quería un edificio que arrojara luz sobre el misterio de su religión por eso la catedral esta muy iluminada por los vitrales blancos” Lo sorprende la paradoja, ya que Dan Brown, la convirtió en un escenario de prácticas oscuras y de un crimen: el del monje Silas, miembro del Opus Dei.



Antes de abandonar la catedral encuentra un cartel colgado que rezaba: “Contra lo que alega una exitosa novela reciente, Saint-Sulpice no fue un templo pagano dedicado a la diosa Isis. Nunca existió un edificio así en este lugar”. Se siente mas protagonista que nunca de la novela, hecha un último vistazo general, y al salir se detiene unos minutos. Recuerda que las líneas doradas del suelo lo llevarían, según el libro, al techo de cristal de la Pyramide Inversé (Pirámide Invertida). No obstante, en la práctica, desde el Quai Voltaire Nacho solo tenía que cruzar el Rio Sena.
La visita por el primer piso del museo, fue casi un paneo, lo importante lo esperaba en el 2 nivel. Ignacio estaba dispuesto a seguir adelante con su papel protagónico, pero se decepciona un momento antes de entrar a la Gran Galeria. En el libro, Silas le dispara a Saunière a través de una reja de hierro que baja del techo, pero tal reja no existe.
En el interior de la Gran Galeria, dos obras concentran multitudes La Virgen de las rocas y, por supuesto, la Mona Lisa.
Para terminar el recorrido Nacho visitó el patio del museo, se sacó fotos con la pirámide y decidió terminar la visita de la mejor manera. Bajó las escaleras, ante él estaba la pirámide invertida y debajo una pirámide de mármol más pequeña. Como hizo Langdon en la novela, miró hacia el cielo recordando aquellos últimos fragmentos del poema «...el manto que la cubre en su descanso, no es otro que la bóveda estrellada». En la novela Langdon, se da cuenta de dónde estaba el Santo Grial. Nacho se siente mas participe que nunca de la historia y motivado por un profundo sentimiento de respeto, se arrodilla, tal como representa la historia, ante las dos pirámides donde supuestamente descansan los restos de María Magdalena.

Andrea Repetto.
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1 Response
  1. Anónimo Says:

    Que linda redacción, da ganas de estar alli!
    Saludos!!


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