COSTUMBRES LONDINENSES

Llevaban diez meses en Londres, habían podido conocer sus diferentes zonas: Covent Garden, Chelsea, Kensington, South Bank, Knightsbridge, Notting Hill, los monumentos mas destacados como Buckingham Palace, Westminister Abbey, el Big Ben, el Castillo de Windsor, el Parlamento. Pudieron recorrer varios museos, visitaron las ciudades universitarias. El tiempo les alcanzo para descubrir algunos aspectos culturales propios de los londinenses, como el carnaval de Nothing Hill, o hacer las compras en el Borough Market ubicado en London Bridge. Por supuesto conocieron la vida nocturna de Soho y Brixton.

Ya sabían sobre sus costumbres y vida cotidiana. Habían aprendido, por ejemplo, a conducir como lo hacen los ingleses, de la mano derecha. Según constataron, allí son mucho mas cívicos para manejar, siempre ceden el paso ante un cartel de “ceda el paso”, y como el tráfico es intenso los precios para manejar en diversas rutas dependen de si uno circula en horario pico (Peak) o en horario no pico (peak off).

Observaron muchas cosas de su cotidianeidad. Se alegraron al saber que los bancos no te cobran comisión al sacar plata de una cajero automático que no es el de tu banco, pero se lamentaron de estar en una ciudad tan cara como lo es Londres. No obstante pudieron darse algunos lujos y disfrutar del mejor chocolate Flake, un Lion Bar o unos Smarties.
Pudieron distinguir a los ingleses por su caballerosidad pero no por su pulcritud, quizás sea por la escasez de agua, pero lo que realmente escasea allí son el jabón, desodorante, perfume y otros artículos de aseo personal.
El tiempo y la experiencia los hicieron creer que habían conocido todo de aquella gran capital, pero antes de regresar a su país natal visitaron por ultima vez Oxford. Cuando llegaron encontraron la ciudad decorada de color azul. Todos estaban dispuestos a disfrutar de la legendaria regata anual entre las universidades de Oxford y Cambridge.
Les contaron que la carrera es para ellos el símbolo del comienzo de la primavera, que se desarrolla a lo largo de 6.779 metros (4 millas y 374 yardas) en el Río Támesis, desde Putney hasta Mortlake, pasando por Barnes y Hammersmith, siempre a contracorriente, pero les aclararon que se programa para empezar una hora antes de que el cauce alcance su punto máximo.
Este acontecimiento deportivo revoluciona no solo a los estudiantes de dichas universidades sino a todos los londinenses que se acercan al rió a seguir el recorrido de la carrera.
Ante un evento del tal magnitud los chicos decidieron postergar su visita un día mas y, atentos a la situación en la que estaban decidieron acompañar a los “Dark Blue” de Oxford en la competencia.
La fama mundial del certamen congrega a turistas y residentes a orillas del río. La carrera se puede apreciar en toda su longitud, pero los puntos más emblemáticos son Putney Bridge, Putney Embankment y Bishops Park ( a la salida ); Hammersmith y Barnes ( a mediados de carrera ); y Dukes Meadows y Chiswick Bridge ( en la llegada). Allí fueron ellos, allí festejaron la victoria de Oxford en la 155º edición de la competencia
La ciudad estaba dividida apoyando las tripulaciones del "Dark Blue" (Oxford) y del "Light Blue" (Cambridge) que se batían en duelo para lograr la victoria ante los 7 millones de almas apiñadas en busca de disfrutar el espectáculo y transmitir el fervor y calor tan poco frecuente en los ingleses.
Advirtieron que fue recién allí donde conocieron Londres y londinenses, de una manera que no habían podido reparar en los últimos seis meses.

Andrea Repetto
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